Te das la vuelta en la cama y te quedas ahí. No tienes prisa por levantarte. Cuando vuelves a mirar el despertador, han pasado dos horas largas. Te tienes que levantar porque te estás meando. Después de aliviarte, te vas hacia la cocina y te encuentras a Laura sentada en la mesa.
“Hola.” Te regala su mejor sonrisa. Lleva puesta una camisa de Pedro y supones que llevará braguitas, tiene la melena enmarañada y así está preciosa.
“Hola. ¿Qué tal?”
“Muy bien, Pedro me está preparando el desayuno.”
“Qué romántico...”
“¿Ah que sí?”
Te vas a la cocina, tanto romanticismo empalagoso no puede ser bueno para la salud.
“Hola campeón.” Le dices a tu socio. “¿Buena follada anoche?”
“¡Calla! Te va a oir.”
“Tranqui tío, creo que se está corriendo de saber que le estás preparando el desayuno.”
“Macho, anoche tres y esta mañana otro, no sé si esta yegua es demasiada para este potro, pero es que no se corta en nada, folla, folla y folla. Me ha cabalgado a saco. Es la tía más buena y que mejor folla de todas las que me he tirado. Sería gilipollas si no la cuidara un poco.”
“¿Vas a sentar cabeza?”
“¿Que dices? Una follamiga como esta no hay que perderla, a esta solo la podría retener si ganara diez veces más de lo que gano ahora. Pero mientras no sea así, he de quedar bien con ella si quiero trincarmela a menudo.”
“La verdad es que hacía tiempo que no traías a una tía tan buena a casa.”
“Seguro que si te la trabajas un poco, te la podrías tirar.”
“¿Lo dices en serio?”
“Sí. Es una zorra. Y de las buenas. Pero como lo hagas, te corto los huevos.”
“Lástima, le hubiera hecho un favor. O dos.”
Tu compañero te mira a los ojos fijamente. “Oye, que era una broma.” Pero él sigue mirándote. Deja de mirarte y sin decir ni mu, sigue preparando el desayuno de Laura y el suyo. Cuando lo tiene todo listo, lo pone sobre una bandeja y lo lleva todo al comedor. Tú mientras vas preparándote un café y tostando pan bimbo. Cuando saltan los panes, te encuentras a Pedro que sigue con la mirada perdida. Te paras para preguntarle algo, pero él te corta y te pregunta en voz baja: “¿Te gustaría montarte un trío?”
“¿Qué?” Tu respuesta es lo que él se esperaba pero te aclara.
“Mira, sé que llevas mucho tiempo sin mojar. Ella es una zorra y se te echaría encima seguro. Yo estoy reventado y ella está con ganas de marcha, te lo digo yo. Después de desayunar, le digo cualquier chorrada de que tengo que ir a mi oficina por una mierda, que voy a tardar dos horas pero que ella no se marche, ella te tirará los trastos seguro. Pues te la follas y ella querrá más, de eso algo sé, yo volveré a la hora y os pillaré en la cama y me la follaré por el culo como compensación, por lo zorra que es.”
“¿Se te ha ido la olla?”
“Hazme caso. Hace nada estabas que te la follabas. ¿Ya se te han ido las ganas?”
“No es eso, es que me dejas flipao...”
“¿Qué, sí o no? |